El espejo de la abuela


Como era una tarde lluviosa y estábamos aburridas, con Valentina, mi mejor amiga, decidimos ir a lo de mi abuela, ya que hacía mucho que no la veía.
Valentina nunca había visto la casa donde ella vivía, era una en la esquina, casi abandonada, con adornos de navidad que todavía no los había sacado, con gnomos de jardin por todos lados y una estatua semi rota.
Cuando llegamos la encontramos, pidiendo a gritos que rompiéramos su espejo y que escapáramos. Yo sabía de qué hablaba, era el que estaba al final del pasillo, ese en el que te reflejabas borroso por su antigüedad, ese en el que casi no te reflejabas. El mismo que  estaba en el pasillo en el que las luces titilaban y, a veces, no veías por su oscuridad...
(Digo estaba, porque ahora, hoy, en este momento, no sé dónde esta, ahora estoy del otro lado)
Sentí que un miedo profundo atravesaba mi cuerpo. Valentina insistía en saber qué le pasaba a mi abuela; tanto insistió que le tuve que contar que estaba loca, y por lo tanto, le tuve que hablar de las raras charlas que teníamos, en las que ella me contaba que escuchaba y veía personas en el espejo, que le decían que abandonara la casa o algo malo pasaría. Había algo malévolo, algo que ella desconocía...
Esa fue la última vez que la vi: se desvanecieron la luz de sus ojos, yo sabía que no los volvería a abrir.
La primera vez que me contó algo paranormal fue un mediodía: estaba sin comida y había decidido ir a lo de mi abuela. Mientras comíamos, me dijo:
 -Male, el otro día me estaba viendo en el espejo de el pasillo y unas personas que estaban dentro me susurraron que me fuera inmediatamente.
  -¡Ay! Pero, ¿No será que te quedaste dormida y tuviste una pesadilla?
           -No, estoy totalmente segura de que los vi; si querés, te los muestro.
  -No te creo abu...
  -Pero, estaban ahí en el espejo.
  -Pero es imposible, los espíritus no existen.
  -Bueno, no me creas¿Quien creía en una vieja loca?
-No digas eso, no sos una vieja loca.
-Si que lo soy, todos los vecinos dicen eso y por algo sera.
-No creas todo lo que dicen los demás.Bueno perdón abu, pero me tengo que ir
si no llego tarde al trabajo.-Era mentira lo que le había dicho, ese dia
trabajaba pero tenia miedo que me vuelva hablar de esos engendros que
¨vivian¨ en su espejo.
-Suerte

Cuando salí de la casa, escuché que una vecina contaba que la abuela Inés estaba loca. Inmediatamente le fui a contar que Inés estaba muerta y le dije que dejara de hablar así de las personas.
Con Valentina volvimos a entrar a la casa. Se me ocurrió acercarme al espejo, ella se asustó y se fue corriendo. Por fin, pude ver ese famoso espejo del que mi abuela tanto hablaba.Fue impactante. Ella tenía razón: había personas en su interior. Eran inexplicables y tenebrosos esos seres que “vivían” y hablaban como si fueran reales. Quedé paralizada. Segundos después me alejé del espejo, y sentí culpa por no haberle creído, y más aún al no poder decírselo. Inmediatamente vi que, escrito en sangre, decía:´´corré´´. Intenté alejarme, intenté correr, pero no podía evitar seguir mirándolo, me atraía y, antes de que me diera cuenta, estaba adentro.
Nunca supe cómo llegué acá ni por qué entre al espejo pero es así como llegué a estar en este mundo paralelo, es así como ahora soy una de ellos .

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